“Después de una investigación exhaustiva, el Fiscal Especial Fitzgerald y un Gran Jurado determinaron que hay suficiente evidencia para acusar a un alto funcionario de la Administración Bush por cargos de perjurio y obstrucción de la justicia. Estos son cargos muy serios.
Las acusaciones de hoy tienen implicaciones de gran alcance sobre la credibilidad de esta Administración ante el pueblo estadounidense, particularmente porque se refieren a la seguridad de nuestra nación y las decisiones involucradas en llevar a nuestra nación a la guerra.
Si bien las personas acusadas son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad, los hechos en este caso deben quedar al descubierto. Esta Administración le debe al pueblo estadounidense cooperar plenamente. No se puede ganar nada con más encubrimientos y distorsiones.
Hoy nuestro país enfrenta serios desafíos, desde desastres naturales en nuestro suelo hasta una guerra inconclusa en el exterior. Los estadounidenses nunca deberían tener que cuestionar que nuestro gobierno está enfocado en abordar estos problemas muy reales y trabajar para hacer avanzar a nuestra nación.
El pueblo estadounidense merece un gobierno enfocado en fortalecer a nuestro país, no una Administración dispuesta a hacer o decir cualquier cosa para avanzar en su agenda a expensas de nuestra seguridad y de la verdad. Insto a la Administración a que sea comunicativa y coopere plenamente a medida que se desarrolla este proceso”.